miércoles, 2 de enero de 2013
martes, 1 de enero de 2013
BUSCANDO LAS COSAS DE ARRIBA 12/05/2013
BUSCANDO LAS COSAS DE ARRIBA 12/05/2013
Introducción. Que fácil resultaría nuestra vida si desde el mismo momento de nacer
tuviéramos inscrito un código de barras o una etiqueta en la que se definiese
cual es nuestro papel en el mundo, nuestra vocación, nuestra identidad. Vivir
felices sería tan fácil como leer la etiqueta, y desde niños potenciar y
entrenar lo que nos hubiera tocado. Si es jardinero pues rodearnos de semillas,
de tierra, de herramientas. Si es químico de un laboratorio. Y si es camarero
de botellas, copas, y platitos llenos de cacahuetes y gambas. Nos evitaría esa
difícil tarea de construir toda nuestra vida a golpe de decisiones, de
elecciones, de fracasos y éxitos, errores y aciertos que nos van definiendo.
Pero
lo cierto es que no es así. Nadie nace determinado, predestinado, o diseñado
para ser tal o cual cosa. Nuestra vida es el regalo increíble, único, irrepetible, al que tenemos que prestar
atención para desarrollar todas las capacidades que nos han sido dadas. De los
millones de personas que han recorrido nuestro mundo nunca nos vamos a encontrar con una como nosotros. Podemos
tener ciertos parecidos, sintonía, química, llevarnos bien, pero nunca vivimos
las mismas circunstancias, las mismas familias de origen, o no afrontamos de la
misma manera las alegrías o las tristezas.
Tenemos por delante una tarea inevitable, que no podemos aplazar, y es la de
descubrir cuáles son los talentos que hemos recibido, y cuáles son las mejores
circunstancias para ser dichosos, de rendir al máximo nuestros talentos y
capacidades al servicio de los demás. La fe nos ayuda muchísimo para encontrar
respuestas a esas preguntas ineludibles a lo largo de la vida. Nos vamos
construyendo a golpes de libertad, de decisiones, de riesgos. Con todos los
aciertos y los errores propios de nuestra libertad. Sería mucho más fácil
reproducir en nuestras vidas los comportamientos heredados, sin preguntarnos,
sin cuestionarnos, pero nuestra personalidad se niega a ser copias, clones, sin opinión, sin criterios propios. Y
ahí es donde aparece la maravillosa individualidad. Ahí es donde aparece el
misterio de la libertad y del amor acompañado de Nuestro Dios.
Lo que Dios nos dice. "Apenas
se bautizó Jesús, salió del agua; se abrieron los cielos y vio que el Espíritu
de Dios bajaba como una paloma y se posaba sobre él. Y vino una voz de los
cielos que decía: Este es mi hijo amado, en quien me complazco". Mt
3,16-17. Jesús también fue recorriendo el camino de ir descubriendo
progresivamente cual era su identidad, como nosotros hasta llegar a vivir con
la identidad nueva que Dios le regaló. Ser hijo amado. "Todavía estaba hablando
cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra y una voz desde la nube
decía: Este es mi Hijo, el amado, en quien me complazco. Escuchadlo". Mt
17,5. Es el Espíritu el que nos
desvela la verdad más profunda sobre nosotros mismos, sobre Dios, sobre el
futuro sobre todo lo que a nosotros se nos vuelve misterio, difícil de
entender. Es el Espíritu el que lo traduce de forma comprensible y clara. "Del mismo modo, el Espíritu acude en
ayuda de nuestra debilidad, pues nosotros no sabemos pedir como conviene; pero
el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables. Y el que
escruta los corazones sabe cuál es el deseo del Espíritu, y que su intercesión
por los santos es según Dios. Por otra parte, sabemos que a los que aman a Dios
todo les sirve para el bien; a los cuales ha llamado conforme a su
designio". Rom 8,26-28. Esa confianza hace que nos podemos desplegar
de una manera insólita, sin miedos ni temores. Saber quién soy, hijo amado y
deseado de Dios, ayuda mucho en los discernimientos de nuestra vida. Nos aleja
de las orfandades, de las soledades, de los complejos, de las faltas de
autoestima. Porque las decisiones que tomamos nunca son neutrales. O nos hacen
crecer en unos frutos de vida y de dicha, o nos hieren, nos meten en círculos
destructivos que nos entristecen y afean.
"Entrad por la puerta estrecha. Porque ancha es
la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos entran por
ellos. ¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida!
Y pocos dan con ellos. Cuidado con los profetas falsos; se acercan con piel de
oveja, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso
se cosechan uvas de las zarzas o higos de los cardos? Así, todo árbol sano da
frutos buenos; pero el árbol dañado da frutos malos. Un árbol sano no puede dar
frutos malos, ni un árbol dañado dar frutos buenos. Por sus frutos los
conoceréis". Mt 7, 13-20. Los frutos es lo más auténtico que damos las
personas y que sembramos en los corazones. Los frutos no es la apariencia, no
son los títulos, los logros, la imagen externa que proyectamos. Jesús habla de
lobos con piel de oveja. Personas que se esfuerzan por aparentar una cosa y en
lo profundo son otra. Sepulcros blanqueados
que llevan herrumbre en lo más profundo aunque sus palabras están cargadas de
buenas y bonitas palabras. "En verdad os digo que los publicanos
y las prostitutas van por delante de vosotros en el reino de Dios. Porque vino
Juan a vosotros enseñándoos el camino de la justicia y no le creísteis; en
cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron. Y, aun después de ver esto,
vosotros no os arrepentisteis ni le creísteis". Mt 21,31-32.
Cómo podemos vivirlo. "Si habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá
arriba, donde Cristo está sentado a la derecha de Dios; aspirad a los bienes de
arriba, no a los de la tierra. Porque habéis muerto; y vuestra vida está con
Cristo escondida en Dios". Col 3,1-3. Se termina el tiempo de
Pascua, recibimos al Espíritu en Pentecostés, para no vivir ya como esclavos, o
como hijos pródigos fuera del hogar. Sino como hijos muy amados, muy cuidados,
muy acompañados por el amor de Dios del que nadie nos puede separar.
HAREMOS MORADA EN ÉL. 5/05/2013
HAREMOS MORADA EN ÉL. 5/05/2013
Introducción. Cuando se nos plantea qué hacer con unos días libres uno
enseguida escucha al corazón y percibe la ilusión que le hace invertir el
tiempo en lo que más necesita, o en lo que más le apetece, o en el común de los
casos en lo que mejor se pueda según las posibilidades de cada uno. Yo casi
nunca puedo disponer de tiempo para mí mismo. Así que frente al puente de
primero de mayo no tenía ni muchas expectativas ni muchos planes. Pero
yo siento que mi vida la cuida y la protege el que más me quiere, y la verdad
es que me ha preparado un puente espectacular, de pasarlo rodeado de gente
buena con la que compartir, con la que reír, con la que sincerarse, a la que
uno siente parte fundamental del camino de la vida. Tiempo de compartir con las
personas, eso es lo más valioso que se puede hacer. Amigos nuevos que no
conocía y que me han acogido de una manera desproporcionada. Y amigos de toda
la vida, de los de mil batallas vividas, con solera. Con alegrías desbordantes
y con lagrimas compartidas.
Pero eso es la vida, valorar continuamente
todo el amor que recibimos de Dios a través de las personas. Y eso mismo dice
Dios de cada uno de nosotros. "Mis delicias están con los hijos de
los hombres". Prov 8,31. Me encanta reconocer que nuestra relación
con Dios en recíproca. Nosotros le necesitamos a El¨. Separados de la fuente
somos unos sedientos, unos hambrientos, unos pobres. "Porque tú dices: Yo soy
rico, me he enriquecido, y no tengo necesidad de nada; y no sabes que tú eres
desgraciado, digno de lástima, pobre , ciego, y desnudo. Te aconsejo que me
compres oro acrisolado al fuego para que te enriquezcas; y vestiduras blancas
para que te vistas y no aparezca la vergüenza de tu desnudez ; y colirio para
untarte los ojos a fin de que veas. Yo, a cuantos amo, reprendo y corrijo; ten
pues celo y conviértete". Ap 3,17-19. Pero el también nos necesita
a nosotros. El deseo de Dios es que sus hijos vivamos y lo hagamos en
abundancia. La vida no es sólo acumular días, meses, años, subsistiendo. "Alégrate
hija de Sión, grita de gozo Israel, regocíjate y disfruta con todo tu ser, hija
de Jerusalén. El Señor ha revocado tu sentencia, ha expulsado a tu enemigo. El
rey de Israel, el Señor, está en medio de ti, no temas mal alguno. Aquel día se
dirá a Jerusalén: ¡No temas! ¡Sión, no desfallezcas! El Señor tu Dios está en
medio de ti, valiente y salvador ; se alegra y goza contigo, te renueva con su
amor; exulta y se alegra contigo como en un día de fiesta. Acabé con tu mal,
con el peso de tu oprobio." Sof 3,14-18. Es descubrir el regalo
enorme que supone el amor de Dios que nos rescata y nos salva, y nos regala la
amistad, el amor, la acogida, la gratuidad.
"No te hablé a escondidas, en un país
tenebroso, no dije a la estirpe de Jacob: Buscadme en el vacío". Is 45,19. No juegas al escondite con la humanidad. No nos regalas la vida ,
para luego arrojarnos en el sinsentido, en la duda y en la oscuridad. Por eso
cuando encuentro signos de resurrección, de vida, de plasmaciones reales de la
voluntad de Dios en nuestra tierra me alegro tanto, y agradezco las
oportunidades que la vida me brinda, de reconocerlos, de vivirlos, de compartirlos.
Lo que Dios nos dice. "Comportaos
así, reconociendo el momento en que vivís, pues ya es hora de despertaros del
sueño, porque ahora la salvación está más cerca de nosotros que cuando
abrazamos la fe. La noche está avanzada, el día está cerca: dejemos, pues, las
obras de las tinieblas y pongámonos las armas de la luz. Andemos como en pleno
día, con dignidad". Rom 13,11-13. Estamos más cerca de la salvación porque cada
vez tenemos más motivos para la gratitud y la alegría. Cada nuevo día que pasa
es un motivo más para confiar en el Señor, que nos cuida, que nos rodea de las
personas y de las circunstancias que nos hacen falta. Nos sobran los motivos
para la sorpresa, para la confianza, para la esperanza, si reconocemos que hay
muchísimas personas que amanecen cada día con el firme propósito de vivir
acompañados, amando, sirviendo, escuchando. Reconocer supone un esfuerzo por prestar
atención a lo que nos ocurre. Si vivo despistado, disperso, adormecido, se me
escapan los signos visibles y palpables del amor que nos rodea.
"En verdad, en verdad os digo: vosotros
lloraréis y os lamentaréis, mientras el mundo estará alegre; vosotros estaréis
tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría. La mujer, cuando va a
dar a luz, siente tristeza, porque ha llegado su hora; pero, en cuanto da a luz
al niño, ni se acuerda del apuro, por la alegría de que al mundo le ha nacido
un hombre. También vosotros ahora sentís tristeza; pero volveré a veros, y se
alegrará vuestro corazón, y nadie os quitará vuestra alegría". Jn
16.20-22.
SANA EL CORAZÓN ENFERMO 19/05/2013.
SANA EL CORAZÓN ENFERMO 19/05/2013.
Introducción. Del norte al sur, del este al oeste, por todo el mundo se ha
escuchado el mismo grito, la misma voz: ¡"Ven
Espíritu Santo". "Ven padre de los pobres, Ven renueva la faz de esta
tierra"!, que estaba diseñada para que fuera ese Paraíso por el que
caminar juntos Dios y los hombres, a la hora de la brisa, como amigos que
disfrutan de estar juntos, que preparan y disfrutan de un banquete de bodas, y
que tristemente se ha convertido en un valle lleno de huesos secos.
Una
faz de la tierra ensuciada por la violencia, que maltrata a tus hijos, que los
destroza, que los convierte en simples trozos de carne, en cada bomba, en cada
explosión, en cada disparo, en cada violación, homicidio, esclavitud. En cada
decisión política donde lo que se defiende es un sistema económico y no al ser
humano. Una tierra que de las manos del creador se mostraba preciosa, sana,
equilibrada, sostenible, y que en manos de los hombres se ha convertido en un
desierto, en un sequedal inhabitable, con la balanza tremendamente
desequilibrada. Donde el Norte acapara, derrocha, asegura, almacena, ahorra y
guarda, y el Sur busca, rebusca entre montones de miseria, hambriento, famélico,
invisible a los ojos de la mayoría.
Pedir
al Señor que envíe su Espíritu no tiene nada que ver con lo poético, o con lo
estético, sino con la urgencia, con la desesperación, con el sentimiento de
impotencia de millones de personas que con gemidos inefables están pidiendo al
autor de la Vida que se manifieste. Que explique visiblemente si nos ha
destinado a un valle de lágrimas, si nos ha dado la vida para que suframos,
para que lloremos, para que nos rompamos. O por el contrario es el más
implicado y el más ocupado en transformar, en renovar, en acabar con una forma de vida que arruina el
proyecto de Dios y la vida de sus hijos.
Lo que Dios nos dice. "Ven, Espíritu Divino manda tu luz desde el cielo. Padre amoroso
del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del
mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las
lágrimas y reconforta en los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz
y enriquécenos. Mira el vacío del hombre, si tú le faltas por dentro; mira el
poder del pecado, cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana
el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma
el espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones, según
la fe de tus siervos; por tu bondad y tu gracia, dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno.Amén".
La
venida del Espíritu Santo es la respuesta de Dios a la incapacidad que tenemos
las personas de vivir, de amar, de llevar las riendas de nuestra vida y del
mundo. Evidenciamos una y otra vez a lo largo de la historia de la humanidad
que separados de Dios los frutos que dejamos son de muerte, de destrucción, de
exterminio. Dios en su infinita bondad puso en nuestras manos el don y el
regalo más valioso que existe que es la libertad. Pero nosotros la utilizamos
para buscar nuestro bien y olvidamos el de los demás. Centrados en nosotros
mismos somos incapaces de prestar nuestra atención en algo que vaya más allá de
nosotros mismos, o de aquello que nos produce algún beneficio.
Donde
abunda el pecado sobreabunda la Gracia, y Dios que no se cansa de amar nos
vuelve a regalar lo que necesitamos para vivir su voluntad. "Pues
yo os digo a vosotros: Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os
abrirá; porque todo el que pide recibe, y el que busca halla, y al que llama se
le abre. ¿Qué padre entre vosotros, si su hijo le pide un pez, le dará una serpiente en lugar
del pez? ¿O si le pide un huevo, la dará un escorpión? Si vosotros, pues, que
sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuánto más el Padre del
cielo dará el Espíritu Santo a los que se lo piden?". Lc 11, 9-13.
Cuando acogemos el regalo del Espíritu en nuestra vida todo se renueva y se
transforma. Comenzamos a cambiar nosotros, y a través nuestro cambian los
ambientes que creamos. "En cambio, el fruto del Espíritu es:
amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, lealtad, modestia, dominio
de sí. Contra estas cosas no hay ley. Y los que son de Cristo Jesús han
crucificado la carne con sus pasiones y los deseos. Si vivimos por el Espíritu,
marcharemos tras el Espíritu". Gal 5,22-25. "Cuantos se dejan llevar por el Espíritu de Dios, esos son hijos
de Dios. Pues no habéis recibido un espíritu de esclavitud, para recaer en el
temor, sino que habéis recibido un Espíritu de hijos de adopción, en el que
clamamos: Abba, Padre. se mismo Espíritu da testimonio a nuestro Espíritu de
que somos hijos de Dios; y , si hijos, también herederos; herederos de Dios y
coherederos con Cristo de modo que, si sufrimos con él, seremos también
glorificados con él". Rom 8,14-17.
LA CONCIENCIA ES LA VOZ DEL ALMA, LAS PASIONES SON LA VOZ DEL CUERPO.6/10/2013
LA CONCIENCIA ES LA VOZ DEL ALMA, LAS PASIONES SON
LA VOZ DEL CUERPO.6/10/2013
Introducción. Cuando los apóstoles le
piden al Señor que les aumente la fe, no es sólo un reconocimiento humilde de
la distancia que hay entre la mirada de los hombres, y la mirada de Dios. Expresa
también el deseo claro y sincero de entrar en la misma vida de Dios, en la
mirada con la que Jesús afronta el encuentro con las personas y con las
circunstancias.
" Porque mis planes no son vuestros planes,
vuestros caminos no son mis caminos-oráculo del Señor-. Cuanto dista el cielo
de la tierra, así distan mis caminos de los vuestros, y mis planes de vuestros
planes". Is 55,8-9.
Es
pedirle que nos regale la clave para tener una comprensión integradora de
nosotros mismos, de la realidad que nos rodea y de la vida en general. Hay
momentos de verdadero desconcierto cuando escuchando nuestra voz interior
reconocemos conflictos entre lo que hacemos, lo que deseamos, lo que nos
gustaría, lo que en verdad podemos. Una de las principales causas de nuestra
falta de alegría es la no identificación entre lo que vivimos y lo que nos
gustaría vivir. Desde muy pequeños nos han preguntado: ¿Tú, qué quieres ser de mayor? Como si todo lo que vamos a vivir en
el futuro, dependiera de nuestros gustos, de nuestros planes diseñados y de
nuestras posibilidades. Y lo más cierto es que nuestras vidas se van
construyendo fruto de nuestra libertad, de nuestras decisiones, y fruto también
de la mano providente y misericordiosa de Dios que nos acompaña, que nos guía,
y que nos regala las circunstancias para desarrollar los talentos y las
habilidades que Él nos da. No podemos vivir con temor nuestra existencia, ni con
la tristeza que se genera al sospecha que somos un error, que estamos mal
hechos, que la vida es una broma pesada de alguien que se divierte con nuestras
desgracias. Tampoco podemos poner el cartel de advertencia, peligro, a todo lo
que nace de nuestra humanidad. Tanto el cuerpo, como el alma, viene de las
mismas manos. Me preocupan ciertas espiritualidades que rechazan toda la parte
corporal, física de nuestra vida. La censura de todo lo que suponga gozar,
sentir y disfrutar. El dualismo que enajena, que limita, que reduce a las
personas a bonsáis cuando en realidad tenían capacidad de convertirse en una árbol
grande y frondoso. Pedir a Jesús que nos aumente la fe supone pedirle que nos
renueve, y que nos cambie viejas creencias que nos alejan y confunden, de la
miradas original y bondadosa con la que Dios mira su creación.
Lo que Dios nos dice. "
Vio Dios todo lo que había hecho, y era muy bueno". Gn 1, 31. " Amas
a todos los seres y no aborreces nada de lo que hiciste; pues, si odiaras algo,
no lo habrías. ¿Cómo subsistiría algo, si tú no lo quisieras?, o ¿cómo se
conservaría, si tú no lo hubieras llamado? Pero tú eres indulgente con todas
las cosas, porque son tuyas, Señor amigo de la vida". Sab 11, 24-26.
La
bondad y la confianza de toda la realidad que nos rodea son las bases sobre las
que construir nuestra vida. El amor que Dios ha puesto en toda su creación nos
tiene que expulsar todos los miedos y temores.
"Nada que entre de fuera
puede hacer impuro al hombre, porque no entra en el corazón sino en el vientre
y se echa en la letrina. ( Con esto declaraba puros todos los alimentos) Y
siguió: Lo que sale de dentro del hombre, eso sí hace impuro al hombre. Porque
de dentro, del corazón del hombre, salen los pensamientos perversos, las
fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, malicias, fraudes,
desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad. Todas esas maldades salen
de dentro y hacen al hombre impuro". Mc 7, 18-23.
Las pasiones, los deseos, la creatividad, las pulsiones, son tan humanos, tan divinos,
tan reales, como la compasión, la generosidad o la capacidad de perdonar. La curiosidad,
el querer tener experiencias, el aprender, el investigar, no es la sede de los
pecados o de los males de la humanidad. Cuanto le debemos en el terreno de la
ciencia y de la fe, a las personas que no se han conformado con aceptar las
explicaciones heredadas sin más, sino que han buscado, que han arriesgado, que
se han salido del camino trazado, para encontrar más verdad, más claridad, más
luz.
El
mismo Jesús fue un transgresor de la religión que había recibido: "
Los discípulos de Juan se le acercan a Jesús, preguntándole: ¿Por qué nosotros
y los fariseos ayunamos a menudo y, en cambio, tus discípulos no ayunan?. Jesús
les dijo: ¡Es que pueden guardar luto los amigos del esposo, mientras el esposo
está con ellos? Llegarán días en que arrebatarán al esposo y entonces ayunarán". Mt 9,
14-15.
No
podemos ni debemos demonizar toda la parte intuitiva, creativa y pasional que
nos constituye. Cómo en todos los
aspectos de la vida, tenemos que aprender a usarlos, a educarlos, a vivirlos no
de forma egoísta y centrados en nosotros mismos, sino como vehículos a través
de los cuales podemos expresar de una forma muy clara el amor, la comunión y
hasta la capacidad de salvarnos.
Cómo podemos vivirlo. La fe nos tiene
que despejar los miedos, los temores, a sentir, a gozar, a vivir. Conozco mucha
gente que tiene miedo a reír en una Iglesia porque al ser terreno sagrado lo
concibe como una falta de respeto. Y me asusta la imagen de Dios que estamos proyectando.
Menos mal que hay voces muy autorizadas que nos animan a ser felices. Sólo por hoy no tendré temores. De manera particular no
tendré miedo de gozar de lo que es bello y creer en la bondad. Juan XXIII.
LA CASA OCUPADA. 27/10/2013
LA CASA OCUPADA. 27/10/2013
Introducción. Si Dios quiere el próximo sábado celebraremos la inauguración de una
nueva casa del Verbum Dei en Valencia, y celebraremos la transformación de un
local que durante mucho tiempo fue un bar, construido y diseñado para otro fin, pero que gracias al trabajo, y
a la generosidad de las personas de fe, se ha podido transformar en casa de
espiritualidad, en lugar santo, donde muchas personas podrán encontrarse con la
bondad y la misericordia de Dios en sus vidas. Me ayuda, y me asombra esa
posibilidad que Dios hace con nuestras vidas , y con toda la realidad, de
hacerlo todo nuevo. "Y dijo el que estaba sentado en el trono. Mira, hago nuevas todas
las cosas". Ap 21, 5. ¿Quién la iba a decir a esas paredes y a
esos suelos que tantas colillas, tantas cabezas de gambas, y tantos huesos de
aceitunas han soportado, que iban a acoger la Palabra? ¿Ese ambiente cargado de
humo, de voces, de protestas viendo un partido de futbol, o hablando de
política, ahora serán tienda de encuentro entre Dios y sus hijos?
Cuantas
veces tendremos que agradecer las apuestas arriesgadas que Dios hace con
nuestras vidas. Y con la vida del mundo, donde lo que nosotros vemos es un
desierto, un caos, una realidad que no puede transmitir vida, pero Dios ve la
realidad con sus ojos esperanzados, y tiene la convicción que si la cuida, la
ama, al final será capaz de albergar grandes frutos.
Lo que Dios nos dice. Puede ser que
durante muchos años nuestra vida se haya dedicado a otras actividades, que
nuestros deseos hayan sido otros. Pero la oferta del Señor nos regala la
posibilidad de nacer de nuevo, de volver a empezar, de renovarnos desde lo más
profundo de nuestro interior, y ser creaturas nuevas, capaces de dedicar lo
mejor de nosotros a construir un reino de vida y de amor. " Sin embargo, todo eso
que para mí era ganancia, lo he consideré pérdida a causa de Cristo. Más aún:
todo lo considero pérdida comparado con la excelencia del conocimiento de
Cristo Jesús, mi Señor. Por él lo perdí todo, y todo lo considero basura con
tal de ganar a Cristo y ser hallado en él, no con una justicia mía, la de la
ley, sino con la que viene de la fe de Cristo, la justicia que viene de Dios y
se apoya en la fe. Todo para conocerlo a él, y la fuerza de su resurrección, y
la comunión en sus padecimientos, muriendo su misma muerte, con la esperanza de
llegar a la resurrección de entre los muertos". Filp 3,7-11.
Hay una imagen que utiliza la Biblia de comparar el
corazón de los humanos con una casa. Y depende de quien la habita es una casa
llena de vida, de luz, de amor, o por el contrario un lugar de oscuridad, que
ahuyenta, que provoca rechazo. Nuestros corazones, como nuestras casas,
expresan hacia fuera las personas y los ambientes que las habitan.
"Porque de lo que rebosa el corazón habla la boca". Mt 12, 34.
Y
yo mirando mi propio corazón descubro que he vivido esa evolución, y esa
transformación, naciendo de nuevo a una nueva forma de vida. Es cierto que en
momentos se ha convertido en una cueva de ladrones. Una cueva donde habitaba la
insatisfacción, la no aceptación de quién era yo, y de cómo me trataban los
demás. En mi corazón estaban los ladrones de afectos, mendigando por todos los
rincones la valoración, el amor, el cariño que ni sentía ni encontraba.
Invertimos
muchas de las mejores energías de nuestra vida en buscar aceptaciones,
valoraciones, buscando fuera, en las personas, en los éxitos, en las metas, lo
que sólo nos puede dar el encuentro con quien nos ha creado. Hasta que ha
venido el que es capaz de poner orden, el que limpia, el que expulsa a los
vendedores del templo, el que devuelve la dignidad, y la auténtica identidad a
quien la ignoraba.
"Todos
los que han venido antes de mí son ladrones y bandidos; pero las ovejas no los
escucharon. Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y
salir, y encontrará pastos. El ladrón no entra sino para robar y matar y hacer
estragos; yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia." Jn
10, 8-10.
Es la mirada misericordiosa, y la esperanza ciega en que su amor es
fuente de salud, de alegría, de renovación lo que le hace a Jesús acercarse a
todas las gentes y ofrecerles que le sigan. Y hace que los ciegos vuelvan a
ver, que los cojos salten de alegría. Que los corazones desconfiados y heridos
vuelvan a amar, y que un valle lleno de huesos secos, se vuelvan a cubrir de
vida.
"Hasta que se derrame sobre nosotros un espíritu de lo alto, y el desierto
se convierta en un vergel, y el vergel parezca un bosque. Habitará el derecho
en el desierto, y habitará la justicia en el vergel. La obra de la justicia
será la paz, su fruto, reposo y confianza para siempre. Mi pueblo habitará en
moradas apacibles, en tiendas seguras, en tranquilos lugares de reposo".
Is 32,15-18.
Cómo podemos vivirlo. Hay veces que
nuestra vida parece una casa okupa, de puertas abiertas donde hay mil cosas que
nos preocupan a la vez. Mil voces se oyen en ella, mil exigencias a las que
responder. Y es muy cansado, contando solo con nuestras pocas fuerzas, poder
hacer frente a tantas responsabilidades. Invitar a Jesús a que se quede en
nuestra casa, como hizo Zaqueo, es invitar a quien está a gusto, a quien trae
la salvación a esta casa. Nos invita a
sentarnos a sus pies a escuchar la maravilla de vida que nos quiere regalar.
Como hizo con las hermanas Marta y María. Nos regaña si andamos fatigados y
agobiados, nos invita a compartir con Él el suave yugo, y la suave carga, de
vivir amando, regalando lo mejor de nosotros todos los días de nuestra vida.
DISPONIBLES O DISTRAÍDOS. 29/09/2013
DISPONIBLES O DISTRAÍDOS. 29/09/2013
Introducción. Las cosas que hacemos con
cariño y con delicadeza nos implican la concentración de todas nuestras mejores
energías, y de los más sinceros esfuerzos. Pero la satisfacción que nos da
poderlas compartir con los demás, y que
les ayude, y que les guste, es la confirmación de que estamos hechos para la
comunicación y para la entrega. Cuando no damos lo mejor de nosotros, reservando
y ahorrando nuestro amor y nuestra
dedicación y pasamos por los días, por las actividades y por la personas de
paso, sin ponerlo todo, también sentimos el dolor y la tristeza que nos deja la
mediocridad.
"
Siempre os he enseñado que es trabajando como se debe socorrer a los
necesitados, recordando las palabras del Señor Jesús, que dijo: Hay más alegría
en dar que en recibir". Hch 20,35.
En
muy poco tiempo he sido testigo privilegiado de como las personas, las
familias, las comunidades, cuando se implican en un proyecto, y lo hacen suyo, e
invierten cada uno lo mejor que tienen, sale como resultado un evento del que
sinceramente nos sentimos dichosos de participar y de estar presentes. He
celebrado bodas donde todos los invitados tenían un vinculo especial con los
novios y se han prestado a participar de la dinámica de la boda como algo
propio. Y es espectacular la alegría con la que se vive y se recuerda ese momento.
Igual que el sábado pasado estuve en unas bodas de plata y uno reconoce el
detalle y el cuidado que toda la familia puso en cada acorde, en cada nota, en
cada pequeño detalle, que cuando se suman logran como resultado final la admiración
y la alegría. Es cierto que junto a los momentos de especial intensidad y de
especial cuidado, también vivimos espacios de nuestra vida en la distracción,
en la superficialidad, en la mirada caprichosa y ausente. Pero en nuestro
camino de fe que vamos recorriendo juntos, siento que el tiempo se aprovecha
mucho más cuando lo vivimos exigidos, a tope, con intensidad y urgencia, que
cuando nos sobra mucho tiempo, y lo malgastamos y lo perdemos. Por eso tenemos
que pedirle al dueño de la viña que nos contrate, que nos llame a poder
colaborar activamente en el mayor número posible de actividades y de proyectos.
Que nos pille la vida con las manos y el tiempo ocupados.
Lo que Dios nos dice. "Porque
al que tiene se le dará y tendrá de sobra, y al que no tiene, se le quitará
hasta lo que tiene. Por eso les hablo en parábolas, porque miran sin ver y
escuchan sin oír ni entender. Así se cumple en ellos la profecía de Isaías:
"Oiréis con los oídos sin entender; miraréis con los ojos sin ver; porque
está embotado el corazón de este pueblo, son duros de oído, han cerrado los
ojos; para no ver con los ojos, ni oír con los oídos, ni entender con el
corazón, ni convertirse para que yo los cure". Pero bienaventurados vuestros
ojos porque ven y vuestros oídos porque oyen. En verdad os digo que muchos
profetas y justos desearon ver lo que veis y no lo vieron, y oír lo que oís y
no lo oyeron". Mt 13,12-17.
Al
que tiene ganas de trabajar, de implicarse, de servir, siempre se le renuevan
las fuerzas, la ilusión y la creatividad. Los problemas dejan paso a las
oportunidades, y la vida se convierte en una apasionante aventura compartida,
en la que continuamente se le presentan ofertas para amar.
"No
os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea de medida humana. Dios es fiel,
y él no permitirá que seáis tentados por encima de vuestras fuerzas, sino que
con la tentación hará que encontréis también el modo de poder soportarla".
1ª Cor 10, 13.
Al
que vive centrado en sí mismo, al que se queja, y reivindica situaciones
especiales en su vida, más valoración y más reconocimiento, nunca le parecen
suficientes las ocasiones para darse y poco a poco se le van quitando las
oportunidades para compartir. Peligra su capacidad de desarrollarse como
persona. Se le pueden atrofiar los sentidos de la compasión y de la
misericordia si no los practica. Nunca es tarde para inaugurar esa preciosa
capacidad que Dios nos ha regalado de crear, de aportar de sumar.
"Pues
el reino de los cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a
contratar jornaleros para su viña. Después de ajustarse con ellos en un denario
por jornada, los mandó a la viña. Salió otra vez a media mañana, vio a otros
que estaban en la plaza sin trabajo y les dijo: "Id también vosotros a mi
viña y os pagaré lo debido". Ellos fueron. Salió de nuevo hacia mediodía y
a media tarde, e hizo lo mismo. Salió al caer la tarde y encontró otros
parados, y les dijo: "¿Cómo es que estáis aquí el día entero sin trabajar?".
Le respondieron: "Nadie nos ha contratado". El les dijo: "Id
también vosotros a mi viña". Cuando oscureció, el dueño dijo al capataz:
"Llama a los jornaleros y págales el jornal, empezando por los últimos y
acabando por los primeros. Vinieron los del atardecer y recibieron un denario
cada uno". Mt 20, 1-9.
Cómo podemos vivirlo. El Señor es
compasivo, misericordioso y no quiere llevar su obra de salvación sin contar
con nosotros. Es como esos padres que prefieren involucrar a sus hijos en las
tareas del hogar, y sacrifican la rapidez y la
eficacia, por el placer y la alegría de hacer las tareas al lado, codo
con codo, viendo disfrutar a sus hijos. El Dios todopoderoso no nos necesita a
nosotros para nada. Pero nos llama, nos contrata, porque disfruta de ver como
desplegamos y hacemos crecer las capacidades que Él mismo nos ha regalado. No queda más respuesta
que el agradecimiento sincero y gozoso de quien se sabe participe y
protagonista de esta maravillosa historia de salvación.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)