martes, 1 de enero de 2013

BUSCANDO LAS COSAS DE ARRIBA 12/05/2013



BUSCANDO LAS COSAS DE ARRIBA 12/05/2013

               Introducción. Que fácil resultaría nuestra vida si desde el mismo momento de nacer tuviéramos inscrito un código de barras o una etiqueta en la que se definiese cual es nuestro papel en el mundo, nuestra vocación, nuestra identidad. Vivir felices sería tan fácil como leer la etiqueta, y desde niños potenciar y entrenar lo que nos hubiera tocado. Si es jardinero pues rodearnos de semillas, de tierra, de herramientas. Si es químico de un laboratorio. Y si es camarero de botellas, copas, y platitos llenos de cacahuetes y gambas. Nos evitaría esa difícil tarea de construir toda nuestra vida a golpe de decisiones, de elecciones, de fracasos y éxitos, errores y aciertos que nos van definiendo.  
               Pero lo cierto es que no es así. Nadie nace determinado, predestinado, o diseñado para ser tal o cual cosa. Nuestra vida es el regalo increíble,  único, irrepetible, al que tenemos que prestar atención para desarrollar todas las capacidades que nos han sido dadas. De los millones de personas que han recorrido nuestro mundo nunca  nos vamos a encontrar con una como nosotros. Podemos tener ciertos parecidos, sintonía, química, llevarnos bien, pero nunca vivimos las mismas circunstancias, las mismas familias de origen, o no afrontamos de la misma manera las alegrías o las tristezas.
Tenemos por delante una tarea  inevitable, que no podemos aplazar, y es la de descubrir cuáles son los talentos que hemos recibido, y cuáles son las mejores circunstancias para ser dichosos, de rendir al máximo nuestros talentos y capacidades al servicio de los demás. La fe nos ayuda muchísimo para encontrar respuestas a esas preguntas ineludibles a lo largo de la vida. Nos vamos construyendo a golpes de libertad, de decisiones, de riesgos. Con todos los aciertos y los errores propios de nuestra libertad. Sería mucho más fácil reproducir en nuestras vidas los comportamientos heredados, sin preguntarnos, sin cuestionarnos, pero nuestra personalidad se niega a ser copias,  clones, sin opinión, sin criterios propios. Y ahí es donde aparece la maravillosa individualidad. Ahí es donde aparece el misterio de la libertad y del amor acompañado de Nuestro Dios. 

               Lo que Dios nos dice. "Apenas se bautizó Jesús, salió del agua; se abrieron los cielos y vio que el Espíritu de Dios bajaba como una paloma y se posaba sobre él. Y vino una voz de los cielos que decía: Este es mi hijo amado, en quien me complazco". Mt 3,16-17. Jesús también fue recorriendo el camino de ir descubriendo progresivamente cual era su identidad, como nosotros hasta llegar a vivir con la identidad nueva que Dios le regaló. Ser hijo amado. "Todavía estaba hablando cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra y una voz desde la nube decía: Este es mi Hijo, el amado, en quien me complazco. Escuchadlo". Mt 17,5.  Es el Espíritu el que nos desvela la verdad más profunda sobre nosotros mismos, sobre Dios, sobre el futuro sobre todo lo que a nosotros se nos vuelve misterio, difícil de entender. Es el Espíritu el que lo traduce de forma comprensible y clara.  "Del mismo modo, el Espíritu acude en ayuda de nuestra debilidad, pues nosotros no sabemos pedir como conviene; pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables. Y el que escruta los corazones sabe cuál es el deseo del Espíritu, y que su intercesión por los santos es según Dios. Por otra parte, sabemos que a los que aman a Dios todo les sirve para el bien; a los cuales ha llamado conforme a su designio". Rom 8,26-28. Esa confianza hace que nos podemos desplegar de una manera insólita, sin miedos ni temores. Saber quién soy, hijo amado y deseado de Dios, ayuda mucho en los discernimientos de nuestra vida. Nos aleja de las orfandades, de las soledades, de los complejos, de las faltas de autoestima. Porque las decisiones que tomamos nunca son neutrales. O nos hacen crecer en unos frutos de vida y de dicha, o nos hieren, nos meten en círculos destructivos que nos entristecen y afean

"Entrad por la puerta estrecha. Porque ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos entran por ellos. ¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida! Y pocos dan con ellos. Cuidado con los profetas falsos; se acercan con piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se cosechan uvas de las zarzas o higos de los cardos? Así, todo árbol sano da frutos buenos; pero el árbol dañado da frutos malos. Un árbol sano no puede dar frutos malos, ni un árbol dañado dar frutos buenos. Por sus frutos los conoceréis". Mt 7, 13-20.  Los frutos es lo más auténtico que damos las personas y que sembramos en los corazones. Los frutos no es la apariencia, no son los títulos, los logros, la imagen externa que proyectamos. Jesús habla de lobos con piel de oveja. Personas que se esfuerzan por aparentar una cosa y en lo profundo son otra.  Sepulcros blanqueados que llevan herrumbre en lo más profundo aunque sus palabras están cargadas de buenas y bonitas palabras. "En verdad os digo que los publicanos y las prostitutas van por delante de vosotros en el reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros enseñándoos el camino de la justicia y no le creísteis; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron. Y, aun después de ver esto, vosotros no os arrepentisteis ni le creísteis". Mt 21,31-32.             
              
               Cómo podemos vivirlo. "Si habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde Cristo está sentado a la derecha de Dios; aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra. Porque habéis muerto; y vuestra vida está con Cristo escondida en Dios". Col 3,1-3. Se termina el tiempo de Pascua, recibimos al Espíritu en Pentecostés, para no vivir ya como esclavos, o como hijos pródigos fuera del hogar. Sino como hijos muy amados, muy cuidados, muy acompañados por el amor de Dios del que nadie nos puede separar.

HAREMOS MORADA EN ÉL. 5/05/2013

HAREMOS MORADA EN ÉL. 5/05/2013

               Introducción. Cuando se nos plantea qué hacer con unos días libres uno enseguida escucha al corazón y percibe la ilusión que le hace invertir el tiempo en lo que más necesita, o en lo que más le apetece, o en el común de los casos en lo que mejor se pueda según las posibilidades de cada uno. Yo casi nunca puedo disponer de tiempo para mí mismo. Así que frente al puente de primero de mayo no tenía ni muchas expectativas ni muchos planes. Pero yo siento que mi vida la cuida y la protege el que más me quiere, y la verdad es que me ha preparado un puente espectacular, de pasarlo rodeado de gente buena con la que compartir, con la que reír, con la que sincerarse, a la que uno siente parte fundamental del camino de la vida. Tiempo de compartir con las personas, eso es lo más valioso que se puede hacer. Amigos nuevos que no conocía y que me han acogido de una manera desproporcionada. Y amigos de toda la vida, de los de mil batallas vividas, con solera. Con alegrías desbordantes y con lagrimas compartidas.

                Pero eso es la vida, valorar continuamente todo el amor que recibimos de Dios a través de las personas. Y eso mismo dice Dios de cada uno de nosotros. "Mis delicias están con los hijos de los hombres". Prov 8,31. Me encanta reconocer que nuestra relación con Dios en recíproca. Nosotros le necesitamos a El¨. Separados de la fuente somos unos sedientos, unos hambrientos, unos pobres. "Porque tú dices: Yo soy rico, me he enriquecido, y no tengo necesidad de nada; y no sabes que tú eres desgraciado, digno de lástima, pobre , ciego, y desnudo. Te aconsejo que me compres oro acrisolado al fuego para que te enriquezcas; y vestiduras blancas para que te vistas y no aparezca la vergüenza de tu desnudez ; y colirio para untarte los ojos a fin de que veas. Yo, a cuantos amo, reprendo y corrijo; ten pues celo y conviértete". Ap 3,17-19. Pero el también nos necesita a nosotros. El deseo de Dios es que sus hijos vivamos y lo hagamos en abundancia. La vida no es sólo acumular días, meses, años, subsistiendo. "Alégrate hija de Sión, grita de gozo Israel, regocíjate y disfruta con todo tu ser, hija de Jerusalén. El Señor ha revocado tu sentencia, ha expulsado a tu enemigo. El rey de Israel, el Señor, está en medio de ti, no temas mal alguno. Aquel día se dirá a Jerusalén: ¡No temas! ¡Sión, no desfallezcas! El Señor tu Dios está en medio de ti, valiente y salvador ; se alegra y goza contigo, te renueva con su amor; exulta y se alegra contigo como en un día de fiesta. Acabé con tu mal, con el peso de tu oprobio." Sof 3,14-18. Es descubrir el regalo enorme que supone el amor de Dios que nos rescata y nos salva, y nos regala la amistad, el amor, la acogida, la gratuidad.

"No te hablé a escondidas, en un país tenebroso, no dije a la estirpe de Jacob: Buscadme en el vacío". Is 45,19. No juegas al escondite con la humanidad. No nos regalas la vida , para luego arrojarnos en el sinsentido, en la duda y en la oscuridad. Por eso cuando encuentro signos de resurrección, de vida, de plasmaciones reales de la voluntad de Dios en nuestra tierra me alegro tanto, y agradezco las oportunidades que la vida me brinda, de reconocerlos, de vivirlos, de compartirlos.

               Lo que Dios nos dice. "Comportaos así, reconociendo el momento en que vivís, pues ya es hora de despertaros del sueño, porque ahora la salvación está más cerca de nosotros que cuando abrazamos la fe. La noche está avanzada, el día está cerca: dejemos, pues, las obras de las tinieblas y pongámonos las armas de la luz. Andemos como en pleno día, con dignidad". Rom 13,11-13.  Estamos más cerca de la salvación porque cada vez tenemos más motivos para la gratitud y la alegría. Cada nuevo día que pasa es un motivo más para confiar en el Señor, que nos cuida, que nos rodea de las personas y de las circunstancias que nos hacen falta. Nos sobran los motivos para la sorpresa, para la confianza, para la esperanza, si reconocemos que hay muchísimas personas que amanecen cada día con el firme propósito de vivir acompañados, amando, sirviendo, escuchando. Reconocer supone un esfuerzo por prestar atención a lo que nos ocurre. Si vivo despistado, disperso, adormecido, se me escapan los signos visibles y palpables del amor que nos rodea.
"En verdad, en verdad os digo: vosotros lloraréis y os lamentaréis, mientras el mundo estará alegre; vosotros estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría. La mujer, cuando va a dar a luz, siente tristeza, porque ha llegado su hora; pero, en cuanto da a luz al niño, ni se acuerda del apuro, por la alegría de que al mundo le ha nacido un hombre. También vosotros ahora sentís tristeza; pero volveré a veros, y se alegrará vuestro corazón, y nadie os quitará vuestra alegría". Jn 16.20-22.

               Cómo podemos vivirlo. Estos días he sido testigo de cómo pueden convivir personas súper diferentes de edad, de gustos, de ideologías, miles de jóvenes llenos de vitalidad, y paisanos manchegos tranquilos, serenos, observando, sin miedos, sin prejuicios. Donde lo que se mira no es la imagen, las pintas, los pelos, sino la sonrisa y el color de los ojos. He visto ganas de vivir. He visto alegría, compromiso, humor, danza, ritmo, crítica y deseo de cambio. Organización, excesos, cansancio y suciedad. Pero todo eso que es la vida, construido por miles de personas anónimas que han comprometido su tiempo, su esfuerzo, su dinero en poder crear algo que no estaba. Y estoy firmemente convencido que el mundo se despierta cada mañana con millones de corazones que viven para el amor, para la ayuda, para superar juntos las dificultades que nos trae la vida. Por eso que nunca el desaliento nos quite la fuerza y el ánimo de creer en la resurrección.

SANA EL CORAZÓN ENFERMO 19/05/2013.

SANA EL CORAZÓN ENFERMO 19/05/2013.
               Introducción. Del norte al sur, del este al oeste, por todo el mundo se ha escuchado el mismo grito, la misma voz: ¡"Ven Espíritu Santo". "Ven padre de los pobres, Ven renueva la faz de esta tierra"!, que estaba diseñada para que fuera ese Paraíso por el que caminar juntos Dios y los hombres, a la hora de la brisa, como amigos que disfrutan de estar juntos, que preparan y disfrutan de un banquete de bodas, y que tristemente se ha convertido en un valle lleno de huesos secos.

               Una faz de la tierra ensuciada por la violencia, que maltrata a tus hijos, que los destroza, que los convierte en simples trozos de carne, en cada bomba, en cada explosión, en cada disparo, en cada violación, homicidio, esclavitud. En cada decisión política donde lo que se defiende es un sistema económico y no al ser humano. Una tierra que de las manos del creador se mostraba preciosa, sana, equilibrada, sostenible, y que en manos de los hombres se ha convertido en un desierto, en un sequedal inhabitable, con la balanza tremendamente desequilibrada. Donde el Norte acapara, derrocha, asegura, almacena, ahorra y guarda, y el Sur busca, rebusca entre montones de miseria, hambriento, famélico, invisible a los ojos de la mayoría. 

               Pedir al Señor que envíe su Espíritu no tiene nada que ver con lo poético, o con lo estético, sino con la urgencia, con la desesperación, con el sentimiento de impotencia de millones de personas que con gemidos inefables están pidiendo al autor de la Vida que se manifieste. Que explique visiblemente si nos ha destinado a un valle de lágrimas, si nos ha dado la vida para que suframos, para que lloremos, para que nos rompamos. O por el contrario es el más implicado y el más ocupado en transformar, en renovar,  en acabar con una forma de vida que arruina el proyecto de Dios y la vida de sus hijos. 

               Lo que Dios nos dice. "Ven, Espíritu Divino manda tu luz desde el cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo, tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz y enriquécenos. Mira el vacío del hombre, si tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado, cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma el espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones, según la fe de tus siervos; por tu bondad y tu gracia, dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno.Amén".
 

               La venida del Espíritu Santo es la respuesta de Dios a la incapacidad que tenemos las personas de vivir, de amar, de llevar las riendas de nuestra vida y del mundo. Evidenciamos una y otra vez a lo largo de la historia de la humanidad que separados de Dios los frutos que dejamos son de muerte, de destrucción, de exterminio. Dios en su infinita bondad puso en nuestras manos el don y el regalo más valioso que existe que es la libertad. Pero nosotros la utilizamos para buscar nuestro bien y olvidamos el de los demás. Centrados en nosotros mismos somos incapaces de prestar nuestra atención en algo que vaya más allá de nosotros mismos, o de aquello que nos produce algún beneficio. 

               Donde abunda el pecado sobreabunda la Gracia, y Dios que no se cansa de amar nos vuelve a regalar lo que necesitamos para vivir su voluntad. "Pues yo os digo a vosotros: Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá; porque todo el que pide recibe, y el que busca halla, y al que llama se le abre. ¿Qué padre entre vosotros, si su hijo le  pide un pez, le dará una serpiente en lugar del pez? ¿O si le pide un huevo, la dará un escorpión? Si vosotros, pues, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que se lo piden?". Lc 11, 9-13. Cuando acogemos el regalo del Espíritu en nuestra vida todo se renueva y se transforma. Comenzamos a cambiar nosotros, y a través nuestro cambian los ambientes que creamos. "En cambio, el fruto del Espíritu es: amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, lealtad, modestia, dominio de sí. Contra estas cosas no hay ley. Y los que son de Cristo Jesús han crucificado la carne con sus pasiones y los deseos. Si vivimos por el Espíritu, marcharemos tras el Espíritu". Gal 5,22-25. "Cuantos se dejan llevar por el Espíritu de Dios, esos son hijos de Dios. Pues no habéis recibido un espíritu de esclavitud, para recaer en el temor, sino que habéis recibido un Espíritu de hijos de adopción, en el que clamamos: Abba, Padre. se mismo Espíritu da testimonio a nuestro Espíritu de que somos hijos de Dios; y , si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo de modo que, si sufrimos con él, seremos también glorificados con él". Rom 8,14-17.
 
               Cómo podemos vivirlo. Hay una forma de afrontar la vida que es contando sólo con nuestras fuerzas, que tiene mucho de soledad y de esclavitud, porque estamos siempre dependientes de las valoraciones que los demás tienen de nosotros. Nos hacemos esclavos del valor que los demás nos dan. En cambio la vida que nace del Espíritu nos recuerda constantemente que el valor de nuestra vida está en la identidad nueva que Dios nos da. Valemos por lo que somos. No por lo que hacemos, por lo que tenemos, por nuestras habilidades, resultados, o capacidades de producir. Somos creaturas nuevas con capacidad de que revivan todos los huesos secos que nos encontramos en nuestra vida. Y asociados de forma inseparable a esa gran cantidad de testigos que nos hacen ser uno a pesar de la pluralidad. Somos uno en la diversidad de dones y carismas.

LA CONCIENCIA ES LA VOZ DEL ALMA, LAS PASIONES SON LA VOZ DEL CUERPO.6/10/2013



LA CONCIENCIA ES LA VOZ DEL ALMA, LAS PASIONES SON LA VOZ DEL CUERPO.6/10/2013
               
                Introducción. Cuando los apóstoles le piden al Señor que les aumente la fe, no es sólo un reconocimiento humilde de la distancia que hay entre la mirada de los hombres, y la mirada de Dios. Expresa también el deseo claro y sincero de entrar en la misma vida de Dios, en la mirada con la que Jesús afronta el encuentro con las personas y con las circunstancias.
" Porque mis planes no son vuestros planes, vuestros caminos no son mis caminos-oráculo del Señor-. Cuanto dista el cielo de la tierra, así distan mis caminos de los vuestros, y mis planes de vuestros planes". Is 55,8-9.
                Es pedirle que nos regale la clave para tener una comprensión integradora de nosotros mismos, de la realidad que nos rodea y de la vida en general. Hay momentos de verdadero desconcierto cuando escuchando nuestra voz interior reconocemos conflictos entre lo que hacemos, lo que deseamos, lo que nos gustaría, lo que en verdad podemos. Una de las principales causas de nuestra falta de alegría es la no identificación entre lo que vivimos y lo que nos gustaría vivir. Desde muy pequeños nos han preguntado: ¿Tú, qué quieres ser de mayor? Como si todo lo que vamos a vivir en el futuro, dependiera de nuestros gustos, de nuestros planes diseñados y de nuestras posibilidades. Y lo más cierto es que nuestras vidas se van construyendo fruto de nuestra libertad, de nuestras decisiones, y fruto también de la mano providente y misericordiosa de Dios que nos acompaña, que nos guía, y que nos regala las circunstancias para desarrollar los talentos y las habilidades que Él nos da. No podemos vivir con temor nuestra existencia,  ni  con la tristeza que se genera al sospecha que somos un error, que estamos mal hechos, que la vida es una broma pesada de alguien que se divierte con nuestras desgracias. Tampoco podemos poner el cartel de advertencia, peligro, a todo lo que nace de nuestra humanidad. Tanto el cuerpo, como el alma, viene de las mismas manos. Me preocupan ciertas espiritualidades que rechazan toda la parte corporal, física de nuestra vida. La censura de todo lo que suponga gozar, sentir y disfrutar. El dualismo que enajena, que limita, que reduce a las personas a bonsáis cuando en realidad tenían capacidad de convertirse en una árbol grande y frondoso. Pedir a Jesús que nos aumente la fe supone pedirle que nos renueve, y que nos cambie viejas creencias que nos alejan y confunden, de la miradas original y bondadosa con la que Dios mira su creación.
                Lo que Dios nos dice. " Vio Dios todo lo que había hecho, y era muy bueno". Gn 1, 31. " Amas a todos los seres y no aborreces nada de lo que hiciste; pues, si odiaras algo, no lo habrías. ¿Cómo subsistiría algo, si tú no lo quisieras?, o ¿cómo se conservaría, si tú no lo hubieras llamado? Pero tú eres indulgente con todas las cosas, porque son tuyas, Señor amigo de la vida". Sab 11, 24-26.
                 La bondad y la confianza de toda la realidad que nos rodea son las bases sobre las que construir nuestra vida. El amor que Dios ha puesto en toda su creación nos tiene que expulsar todos los miedos y temores.   "Nada que entre de fuera puede hacer impuro al hombre, porque no entra en el corazón sino en el vientre y se echa en la letrina. ( Con esto declaraba puros todos los alimentos) Y siguió: Lo que sale de dentro del hombre, eso sí hace impuro al hombre. Porque de dentro, del corazón del hombre, salen los pensamientos perversos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, malicias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad. Todas esas maldades salen de dentro y hacen al hombre impuro". Mc 7, 18-23.
                 Las pasiones,  los deseos,  la creatividad,  las pulsiones, son tan humanos, tan divinos, tan reales, como la compasión, la generosidad o la capacidad de perdonar. La curiosidad, el querer tener experiencias, el aprender, el investigar, no es la sede de los pecados o de los males de la humanidad. Cuanto le debemos en el terreno de la ciencia y de la fe, a las personas que no se han conformado con aceptar las explicaciones heredadas sin más, sino que han buscado, que han arriesgado, que se han salido del camino trazado, para encontrar más verdad, más claridad, más luz.
                El mismo Jesús fue un transgresor de la religión que había recibido: " Los discípulos de Juan se le acercan a Jesús, preguntándole: ¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos a menudo y, en cambio, tus discípulos no ayunan?. Jesús les dijo: ¡Es que pueden guardar luto los amigos del esposo, mientras el esposo está con ellos? Llegarán días en que arrebatarán  al esposo y entonces ayunarán". Mt 9, 14-15.
                No podemos ni debemos demonizar toda la parte intuitiva, creativa y pasional que nos constituye. Cómo en  todos los aspectos de la vida, tenemos que aprender a usarlos, a educarlos, a vivirlos no de forma egoísta y centrados en nosotros mismos, sino como vehículos a través de los cuales podemos expresar de una forma muy clara el amor, la comunión y hasta la capacidad de salvarnos.
                Cómo podemos vivirlo. La fe nos tiene que despejar los miedos, los temores, a sentir, a gozar, a vivir. Conozco mucha gente que tiene miedo a reír en una Iglesia porque al ser terreno sagrado lo concibe como una falta de respeto. Y me asusta la imagen de Dios que estamos proyectando. Menos mal que hay voces muy autorizadas que nos animan a ser felices. Sólo por hoy no tendré temores. De manera particular no tendré miedo de gozar de lo que es bello y creer en la bondad. Juan XXIII.

LA CASA OCUPADA. 27/10/2013

LA CASA OCUPADA. 27/10/2013


                Introducción. Si Dios quiere el próximo sábado celebraremos la inauguración de una nueva casa del Verbum Dei en Valencia, y celebraremos la transformación de un local que durante mucho tiempo fue un bar, construido y diseñado  para otro fin, pero que gracias al trabajo, y a la generosidad de las personas de fe, se ha podido transformar en casa de espiritualidad, en lugar santo, donde muchas personas podrán encontrarse con la bondad y la misericordia de Dios en sus vidas. Me ayuda, y me asombra esa posibilidad que Dios hace con nuestras vidas , y con toda la realidad, de hacerlo todo nuevo. "Y dijo el que estaba sentado en el trono. Mira, hago nuevas todas las cosas". Ap 21, 5. ¿Quién la iba a decir a esas paredes y a esos suelos que tantas colillas, tantas cabezas de gambas, y tantos huesos de aceitunas han soportado, que iban a acoger la Palabra? ¿Ese ambiente cargado de humo, de voces, de protestas viendo un partido de futbol, o hablando de política, ahora serán tienda de encuentro entre Dios y sus hijos?

                Cuantas veces tendremos que agradecer las apuestas arriesgadas que Dios hace con nuestras vidas. Y con la vida del mundo, donde lo que nosotros vemos es un desierto, un caos, una realidad que no puede transmitir vida, pero Dios ve la realidad con sus ojos esperanzados, y tiene la convicción que si la cuida, la ama, al final será capaz de albergar grandes frutos.

                Lo que Dios nos dice. Puede ser que durante muchos años nuestra vida se haya dedicado a otras actividades, que nuestros deseos hayan sido otros. Pero la oferta del Señor nos regala la posibilidad de nacer de nuevo, de volver a empezar, de renovarnos desde lo más profundo de nuestro interior, y ser creaturas nuevas, capaces de dedicar lo mejor de nosotros a construir un reino de vida y de amor. " Sin embargo, todo eso que para mí era ganancia, lo he consideré pérdida a causa de Cristo. Más aún: todo lo considero pérdida comparado con la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor. Por él lo perdí todo, y todo lo considero basura con tal de ganar a Cristo y ser hallado en él, no con una justicia mía, la de la ley, sino con la que viene de la fe de Cristo, la justicia que viene de Dios y se apoya en la fe. Todo para conocerlo a él, y la fuerza de su resurrección, y la comunión en sus padecimientos, muriendo su misma muerte, con la esperanza de llegar a la resurrección de entre los muertos". Filp 3,7-11.

Hay una imagen que utiliza la Biblia de comparar el corazón de los humanos con una casa. Y depende de quien la habita es una casa llena de vida, de luz, de amor, o por el contrario un lugar de oscuridad, que ahuyenta, que provoca rechazo. Nuestros corazones, como nuestras casas, expresan hacia fuera las personas y los ambientes que las habitan. "Porque de lo que rebosa el corazón habla la boca". Mt 12, 34.

                Y yo mirando mi propio corazón descubro que he vivido esa evolución, y esa transformación, naciendo de nuevo a una nueva forma de vida. Es cierto que en momentos se ha convertido en una cueva de ladrones. Una cueva donde habitaba la insatisfacción, la no aceptación de quién era yo, y de cómo me trataban los demás. En mi corazón estaban los ladrones de afectos, mendigando por todos los rincones la valoración, el amor, el cariño que ni sentía ni encontraba.

                Invertimos muchas de las mejores energías de nuestra vida en buscar aceptaciones, valoraciones, buscando fuera, en las personas, en los éxitos, en las metas, lo que sólo nos puede dar el encuentro con quien nos ha creado. Hasta que ha venido el que es capaz de poner orden, el que limpia, el que expulsa a los vendedores del templo, el que devuelve la dignidad, y la auténtica identidad a quien la ignoraba.

                "Todos los que han venido antes de mí son ladrones y bandidos; pero las ovejas no los escucharon. Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos. El ladrón no entra sino para robar y matar y hacer estragos; yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia." Jn 10, 8-10.

                Es la mirada misericordiosa, y la esperanza ciega en que su amor es fuente de salud, de alegría, de renovación lo que le hace a Jesús acercarse a todas las gentes y ofrecerles que le sigan. Y hace que los ciegos vuelvan a ver, que los cojos salten de alegría. Que los corazones desconfiados y heridos vuelvan a amar, y que un valle lleno de huesos secos, se vuelvan a cubrir de vida. "Hasta que se derrame sobre nosotros un espíritu de lo alto, y el desierto se convierta en un vergel, y el vergel parezca un bosque. Habitará el derecho en el desierto, y habitará la justicia en el vergel. La obra de la justicia será la paz, su fruto, reposo y confianza para siempre. Mi pueblo habitará en moradas apacibles, en tiendas seguras, en tranquilos lugares de reposo". Is 32,15-18.

                Cómo podemos vivirlo. Hay veces que nuestra vida parece una casa okupa, de puertas abiertas donde hay mil cosas que nos preocupan a la vez. Mil voces se oyen en ella, mil exigencias a las que responder. Y es muy cansado, contando solo con nuestras pocas fuerzas, poder hacer frente a tantas responsabilidades. Invitar a Jesús a que se quede en nuestra casa, como hizo Zaqueo, es invitar a quien está a gusto, a quien trae la salvación  a esta casa. Nos invita a sentarnos a sus pies a escuchar la maravilla de vida que nos quiere regalar. Como hizo con las hermanas Marta y María. Nos regaña si andamos fatigados y agobiados, nos invita a compartir con Él el suave yugo, y la suave carga, de vivir amando, regalando lo mejor de nosotros todos los días de nuestra vida.

DISPONIBLES O DISTRAÍDOS. 29/09/2013



DISPONIBLES O DISTRAÍDOS. 29/09/2013


                Introducción. Las cosas que hacemos con cariño y con delicadeza nos implican la concentración de todas nuestras mejores energías, y de los más sinceros esfuerzos. Pero la satisfacción que nos da poderlas compartir con  los demás, y que les ayude, y que les guste, es la confirmación de que estamos hechos para la comunicación y para la entrega. Cuando no damos lo mejor de nosotros, reservando y ahorrando nuestro amor  y nuestra dedicación y pasamos por los días, por las actividades y por la personas de paso, sin ponerlo todo, también sentimos el dolor y la tristeza que nos deja la mediocridad.

                " Siempre os he enseñado que es trabajando como se debe socorrer a los necesitados, recordando las palabras del Señor Jesús, que dijo: Hay más alegría en dar que en recibir". Hch 20,35.

                En muy poco tiempo he sido testigo privilegiado de como las personas, las familias, las comunidades, cuando se implican en un proyecto, y lo hacen suyo, e invierten cada uno lo mejor que tienen, sale como resultado un evento del que sinceramente nos sentimos dichosos de participar y de estar presentes. He celebrado bodas donde todos los invitados tenían un vinculo especial con los novios y se han prestado a participar de la dinámica de la boda como algo propio. Y es espectacular la alegría con la que se vive y se recuerda ese momento. Igual que el sábado pasado estuve en unas bodas de plata y uno reconoce el detalle y el cuidado que toda la familia puso en cada acorde, en cada nota, en cada pequeño detalle, que cuando se suman logran como resultado final la admiración y la alegría. Es cierto que junto a los momentos de especial intensidad y de especial cuidado, también vivimos espacios de nuestra vida en la distracción, en la superficialidad, en la mirada caprichosa y ausente. Pero en nuestro camino de fe que vamos recorriendo juntos, siento que el tiempo se aprovecha mucho más cuando lo vivimos exigidos, a tope, con intensidad y urgencia, que cuando nos sobra mucho tiempo, y lo malgastamos y lo perdemos. Por eso tenemos que pedirle al dueño de la viña que nos contrate, que nos llame a poder colaborar activamente en el mayor número posible de actividades y de proyectos. Que nos pille la vida con las manos y el tiempo ocupados.

                Lo que Dios nos dice. "Porque al que tiene se le dará y tendrá de sobra, y al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Por eso les hablo en parábolas, porque miran sin ver y escuchan sin oír ni entender. Así se cumple en ellos la profecía de Isaías: "Oiréis con los oídos sin entender; miraréis con los ojos sin ver; porque está embotado el corazón de este pueblo, son duros de oído, han cerrado los ojos; para no ver con los ojos, ni oír con los oídos, ni entender con el corazón, ni convertirse para que yo los cure". Pero bienaventurados vuestros ojos porque ven y vuestros oídos porque oyen. En verdad os digo que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis y no lo vieron, y oír lo que oís y no lo oyeron". Mt 13,12-17.

                Al que tiene ganas de trabajar, de implicarse, de servir, siempre se le renuevan las fuerzas, la ilusión y la creatividad. Los problemas dejan paso a las oportunidades, y la vida se convierte en una apasionante aventura compartida, en la que continuamente se le presentan ofertas para amar.

                "No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea de medida humana. Dios es fiel, y él no permitirá que seáis tentados por encima de vuestras fuerzas, sino que con la tentación hará que encontréis también el modo de poder soportarla". 1ª Cor 10, 13.

                Al que vive centrado en sí mismo, al que se queja, y reivindica situaciones especiales en su vida, más valoración y más reconocimiento, nunca le parecen suficientes las ocasiones para darse y poco a poco se le van quitando las oportunidades para compartir. Peligra su capacidad de desarrollarse como persona. Se le pueden atrofiar los sentidos de la compasión y de la misericordia si no los practica. Nunca es tarde para inaugurar esa preciosa capacidad que Dios nos ha regalado de crear, de aportar de sumar.

                "Pues el reino de los cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a contratar jornaleros para su viña. Después de ajustarse con ellos en un denario por jornada, los mandó a la viña. Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo y les dijo: "Id también vosotros a mi viña y os pagaré lo debido". Ellos fueron. Salió de nuevo hacia mediodía y a media tarde, e hizo lo mismo. Salió al caer la tarde y encontró otros parados, y les dijo: "¿Cómo es que estáis aquí el día entero sin trabajar?". Le respondieron: "Nadie nos ha contratado". El les dijo: "Id también vosotros a mi viña". Cuando oscureció, el dueño dijo al capataz: "Llama a los jornaleros y págales el jornal, empezando por los últimos y acabando por los primeros. Vinieron los del atardecer y recibieron un denario cada uno". Mt 20, 1-9.

                Cómo podemos vivirlo. El Señor es compasivo, misericordioso y no quiere llevar su obra de salvación sin contar con nosotros. Es como esos padres que prefieren involucrar a sus hijos en las tareas del hogar, y sacrifican la rapidez y la  eficacia, por el placer y la alegría de hacer las tareas al lado, codo con codo, viendo disfrutar a sus hijos. El Dios todopoderoso no nos necesita a nosotros para nada. Pero nos llama, nos contrata, porque disfruta de ver como desplegamos y hacemos crecer las capacidades que Él  mismo nos ha regalado. No queda más respuesta que el agradecimiento sincero y gozoso de quien se sabe participe y protagonista de esta maravillosa historia de salvación.